En la arena junto al mar
Aquí, tendidos en la arena
te invito a disfrutar de este grandioso atardecer
que incita a poseernos en forma tan intensa
que al mar y al cielo les provoque envidia.
Aquí sobre la tibia arena
nuestro amor será como esas olas
que se incrustan en las rocas
en un vaivén incesante,
interminable que va y que viene
y nunca se detiene.
Imagina que estás dentro de un sueño
del cual no puedes despertar
y siente mis besos
que van escalando tu ondulante espalda
mientras mis manos recorren palmo a palmo
tu cuerpo de cristal.
Permíteme arrullarte con movimientos suaves,
lenta, muy lentamente,
para después como esas aves
que se elevan hacia el cielo
descender como un relámpago
hasta tu más íntima oquedad.
Entonces deja libre tus instintos
y permite que estalle la lava del volcán
que llevas dentro
para que juntos nos fuguemos
hacia la eterna inmensidad.
Luego abandonemos nuestros cuerpos
para convertirnos en montículos de arena,
en delfines navegantes,
en palmeras ondulantes
o en dos olas burbujeantes
que se bañan en el mar.