jueves, 20 de agosto de 2009

BESAME EN LA BOCA



Bésame despacio,


tan suave como el murmullo de las hojas,


tan fuerte como la ola


que entrega su vida ante una roca,


tan débil como el claro de luna


que ésta noche nos arropa.




Bésame así


sin ataduras, sin miedo al impacto,


con la fragilidad que encierra un niño,


con la seguridad de quien llega a su nido.




Bésame de nuevo,


una y otra vez,


quédate a vivir en mis labios,


adhiérete a ellos, y descubre


que bajo la nieve de tu ausencia


sepultada se encuentra


la granada de mi pasión.




Bésame mucho amor,


bésame la vida y cuando amanezca,


arrójame a la muerte con tu partida.