Bésame despacio,
tan suave como el murmullo de las hojas,
tan fuerte como la ola
que entrega su vida ante una roca,
tan débil como el claro de luna
que ésta noche nos arropa.
Bésame así
sin ataduras, sin miedo al impacto,
con la fragilidad que encierra un niño,
con la seguridad de quien llega a su nido.
Bésame de nuevo,
una y otra vez,
quédate a vivir en mis labios,
adhiérete a ellos, y descubre
que bajo la nieve de tu ausencia
sepultada se encuentra
la granada de mi pasión.
Bésame mucho amor,
bésame la vida y cuando amanezca,
arrójame a la muerte con tu partida.
3 comentarios:
Me ha gustado mucho este blog Francisco y tambien queria agradecerte el poema que me mandaste a mi correo, ha sido un gran placer leerlo, besos y seguire leyendote,porque tienes una gran sensibilidad,y escribes muy bien.
Y si no quiero irme...
si no deseo que mueras por mi partida..
te sigo besando??
besos y mas besos
Maruca
Pones el corazón en este poema. Precioso escrito. Abrazos. LUCIA
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