Créeme amor, nada ocurre por casualidad.
Qué yo te haya buscado y que tú hayas aparecido
como un rayo de luz entre la gente,
ya estaba escrito en la ruta de nuestro destino.
ya estaba escrito en la ruta de nuestro destino.
Tenía que haber sido un día cualquiera
de cualquier año,
estaba listo para llorar y desvelarme
y sufrir tu amor o el desengaño.
En un primer momento me diste una sonrisa
y luego un apretón de manos,
sentí tu mano en la mía,
y al instante supe cuanto te amaría.
Mi voz tembló y no pude decir
lo que sentía, no se que dije
pero se que te pedí que fueras mía.
pero se que te pedí que fueras mía.
Al encontrarte se esfumó mi orfandad,
te convertiste en mi sol, lluvia y viento.
Eres mi soñar, mi sentimiento
eres yo mismo, mi otra mitad.
eres yo mismo, mi otra mitad.
Eres mi pena y mi alegría
estás en mi en cada palabra que pronuncio,
en cada gesto evoco tu nombre
y a través de la sangre
que corre por mis venas llegas a mi
y te transformas en mi musa inspiradora,
en cada gesto evoco tu nombre
y a través de la sangre
que corre por mis venas llegas a mi
y te transformas en mi musa inspiradora,
en mi amiga, compañera, mi amante,
grabada en mi corazón con un hierro candente.
Tú que me llenas pensamiento, boca y sexo,
no entiendo todavía como te perdí, ni como podré
volver a encontrarte.
F. PARDAVÉ
volver a encontrarte.
F. PARDAVÉ
3 comentarios:
Hermoso poema, con esa nostalgia que produce el no volver a ver a ese gran amor. Felicitaciones, poeta. LUCIA
Lindos poemas, gracias por compartirlos, me da gusto que seas mexicano, como yo. saludos.
Gracias Francisco oir compartirnos tus escritos, es prosa o en verso siempre son una delicia
besitos
Maruca
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