martes, 17 de marzo de 2009




Cuando estoy cerca de ti

en ese momento perenne;

donde no hay reloj ni tiempo

entre las lunas traviesas

y el espacio inmenso.
En ese preciso instante

se aviva un fuego que arde en mi boca

desde la esquina de mis labios.
Ahí, abraza la lumbre en el antojo de un beso

y cobija el anhelo del deliro de la pasión.
Que emana desde el principio

desde... antes de todo.
Entonces, mi cuerpo se perfuma

con tu olor de mujer

Y destila un aroma: a tierra mojada,

de esos días lluviosos,

a la hierba recién regada,

a cultivo de flores,

en plena primavera.
Al sabor de la brisa del mar

y árboles frutales.
¡Y se atrapa en la esencia de un alma enamorada!

1 comentario:

Alma y Cuerpo dijo...

Hola Francisco
Gracias por tus palabras , y por tus visitas .
Perdona no te habia contestado antes, porque no lo habia visto.

Tu blog es muy sensibleeee me ecanta .