-Desvístete, Métete a la cama, “Te amo... habían sido las únicas palabras que oía de él. Sólo llegaba... me hacía el amor y se iba sin decir más. Trataba de detenerlo pero él no accedía... me daba un último beso, largo y apasionado... y terminaba por desaparecer.
Ayer me habló bien por primera vez diciéndome categóricamente:
– Pasarás por tres pruebas... aunque una de ellas casi ha sido completada. – Me dijo.
Lo miré... me encantaba mirar a sus ojos azules... porque al verlo fijamente sucede tal cual como si me estuviera haciendo el amor con su mirada.
– Sí... la prueba de convertirte en mí vampiresa... – me dijo y me selló los labios con su dedo índice que yo no tarde en tomar y meterlo a mí boca de manera pícara mientras él me sonreía.
– La segunda prueba es que tú seduzcas a alguien más... – me dijo.
Me encaminaba al callejón que apenas se iluminaba entre colores rosas y naranjas... Esperé... pasaron quince minutos cuando la vi llegar. No era una chica muy cotidiana... de hecho era bonita. Era parecida a mí en estatura, cuerpo y rasgos... exceptuando sus ojos verdes y su cabello castaño claro... tenía buen cuerpo...Llegó... sin decir más se quitó de encima la gabardina de piel que traía... la botó... pensé en ese momento que alguien nos vería e incluso sentí una mirada penetrante encima de mí pero no había nadie, a pesar de que rebusqué en todos los rincones del callejón. La miré... miré su cuerpo completamente desnudo y bien proporcionado... La chica se me acercó como queriendo seducirme pasando sus manos por el borde de la camisa blanca que traía pero la detuve... me hice hacia atrás y con movimientos lentos pero precisos comencé a quitarme la ropa... Lo hice lentamente... la camisa... la falda de piel... los zapatos... los dejé encima del portafolios beige que había dejado en el piso desde antes. Hice sentarse a la chica en el contenedor de basura... Ella accedió... se sentó y yo me puse sobre ella... mientras ella me miraba, pasé mis manos ansiosamente por mis senos, bajé por mis costillas, mi vientre y llegue a mí pubis que presioné cariñosamente. La tomé de los hombros y la recosté en el contenedor... Apenas le di un beso dulce en los labios cuando me decidí a comenzar a ‘hacerle el amor’...
Pasé de su cuello a su pecho... lo besaba con delicadeza y apenas rozaba mí lengua. Seguí bajando... me dirigí a sus senos perfectos y la comencé a besar... Su cuerpo se erizaba de placer e incluso se alzaba para que yo la besara más... Sentí que alguien nos miraba pero no quise dar importancia a mis pensamientos.
Bajé por sus costillas... su vientre plano y besé su sexo mientras ella se estremecía... Seguí mientras ella repetidamente temblaba en medio de sus orgasmos. No sé si fueron pocos minutos o demasiados pero de repente me recosté sobre su pubis cerrando los ojos... Sentí una mano recorrer mí espalda con delicadeza y abrí los ojos enseguida mirando que el era quien me veía
– Muy bien mi niña, muy bien mí bebé vampiro... haz pasado la segunda prueba... – me dijo. Ahora iniciaremos la tercera.
Me tomó de los brazos y me llevó hasta él cargándome y regalándome un dulce beso... me ayudó a cubrirme y llegamos a la casa.
Cuando llegamos me esperaba una gran sorpresa... llegué a mi cuarto dispuesta a bañarme... me quité la ropa, entré al baño... salí y al tratar de encender la luz él me interrumpió. Tomó mis manos con ambas suyas llevándolas a mi vientre y cuando volví a abrir los ojos ya habíamos llegado a la sala; la alfombra estaba cubierta con pétalos de rosa y en forma de círculo había botellas con velas clavadas alumbrando un espacio. El de nuevo sello mis labios. Me hizo voltear a mirarlo... ya estaba desnudo.
– Te amo... – me dijo... me cargó y me puso en el centro de aquel círculo para ir sobre mí... lo que me hizo despegar un suspiro tan profundo como el amor que ahora por él sentía...
Comenzó por besarme el cuello... tras un beso lleno de pasión justo cuando se había puesto sobre mí. Siguió de mí cuello a mis senos. Pasó por mis costillas... mí vientre... mí pubis... y al finalmente me penetró ferozmente...
– No sé como te dejé hacérselo a una chica si eres mía... – me dijo entre gemidos y seguimos haciendo el amor hasta que las velas se apagaron... Cuándo acabamos me recosté a su lado mientras él trataba de controlar su respiración...
– Y... ahora... ¿qué sigue?...
Hicimos todo lo que es posible imaginar y era de madrugada cuando terminamos exhaustos esa noche de placer...
– Tengo que ir a trabajar”– fue lo último que pensé. Me levanté perezosamente y me vestí, mientras mi vampiro dormía plácidamente dentro de su catafalco. Me lavé el cuello y cubrí disimuladamente los hoyitos que aún escurrían unas pequeñísimas gotitas de sangre.
Ayer me habló bien por primera vez diciéndome categóricamente:
– Pasarás por tres pruebas... aunque una de ellas casi ha sido completada. – Me dijo.
Lo miré... me encantaba mirar a sus ojos azules... porque al verlo fijamente sucede tal cual como si me estuviera haciendo el amor con su mirada.
– Sí... la prueba de convertirte en mí vampiresa... – me dijo y me selló los labios con su dedo índice que yo no tarde en tomar y meterlo a mí boca de manera pícara mientras él me sonreía.
– La segunda prueba es que tú seduzcas a alguien más... – me dijo.
Me encaminaba al callejón que apenas se iluminaba entre colores rosas y naranjas... Esperé... pasaron quince minutos cuando la vi llegar. No era una chica muy cotidiana... de hecho era bonita. Era parecida a mí en estatura, cuerpo y rasgos... exceptuando sus ojos verdes y su cabello castaño claro... tenía buen cuerpo...Llegó... sin decir más se quitó de encima la gabardina de piel que traía... la botó... pensé en ese momento que alguien nos vería e incluso sentí una mirada penetrante encima de mí pero no había nadie, a pesar de que rebusqué en todos los rincones del callejón. La miré... miré su cuerpo completamente desnudo y bien proporcionado... La chica se me acercó como queriendo seducirme pasando sus manos por el borde de la camisa blanca que traía pero la detuve... me hice hacia atrás y con movimientos lentos pero precisos comencé a quitarme la ropa... Lo hice lentamente... la camisa... la falda de piel... los zapatos... los dejé encima del portafolios beige que había dejado en el piso desde antes. Hice sentarse a la chica en el contenedor de basura... Ella accedió... se sentó y yo me puse sobre ella... mientras ella me miraba, pasé mis manos ansiosamente por mis senos, bajé por mis costillas, mi vientre y llegue a mí pubis que presioné cariñosamente. La tomé de los hombros y la recosté en el contenedor... Apenas le di un beso dulce en los labios cuando me decidí a comenzar a ‘hacerle el amor’...
Pasé de su cuello a su pecho... lo besaba con delicadeza y apenas rozaba mí lengua. Seguí bajando... me dirigí a sus senos perfectos y la comencé a besar... Su cuerpo se erizaba de placer e incluso se alzaba para que yo la besara más... Sentí que alguien nos miraba pero no quise dar importancia a mis pensamientos.
Bajé por sus costillas... su vientre plano y besé su sexo mientras ella se estremecía... Seguí mientras ella repetidamente temblaba en medio de sus orgasmos. No sé si fueron pocos minutos o demasiados pero de repente me recosté sobre su pubis cerrando los ojos... Sentí una mano recorrer mí espalda con delicadeza y abrí los ojos enseguida mirando que el era quien me veía
– Muy bien mi niña, muy bien mí bebé vampiro... haz pasado la segunda prueba... – me dijo. Ahora iniciaremos la tercera.
Me tomó de los brazos y me llevó hasta él cargándome y regalándome un dulce beso... me ayudó a cubrirme y llegamos a la casa.
Cuando llegamos me esperaba una gran sorpresa... llegué a mi cuarto dispuesta a bañarme... me quité la ropa, entré al baño... salí y al tratar de encender la luz él me interrumpió. Tomó mis manos con ambas suyas llevándolas a mi vientre y cuando volví a abrir los ojos ya habíamos llegado a la sala; la alfombra estaba cubierta con pétalos de rosa y en forma de círculo había botellas con velas clavadas alumbrando un espacio. El de nuevo sello mis labios. Me hizo voltear a mirarlo... ya estaba desnudo.
– Te amo... – me dijo... me cargó y me puso en el centro de aquel círculo para ir sobre mí... lo que me hizo despegar un suspiro tan profundo como el amor que ahora por él sentía...
Comenzó por besarme el cuello... tras un beso lleno de pasión justo cuando se había puesto sobre mí. Siguió de mí cuello a mis senos. Pasó por mis costillas... mí vientre... mí pubis... y al finalmente me penetró ferozmente...
– No sé como te dejé hacérselo a una chica si eres mía... – me dijo entre gemidos y seguimos haciendo el amor hasta que las velas se apagaron... Cuándo acabamos me recosté a su lado mientras él trataba de controlar su respiración...
– Y... ahora... ¿qué sigue?...
Hicimos todo lo que es posible imaginar y era de madrugada cuando terminamos exhaustos esa noche de placer...
– Tengo que ir a trabajar”– fue lo último que pensé. Me levanté perezosamente y me vestí, mientras mi vampiro dormía plácidamente dentro de su catafalco. Me lavé el cuello y cubrí disimuladamente los hoyitos que aún escurrían unas pequeñísimas gotitas de sangre.
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