lunes, 17 de noviembre de 2008

AL AMANECER

Al amanecer de en un día muy frío, ¿sabes mi amor lo que yo anhelo?:
recorrer cada misterio de tu cuerpo y con mis manos deslizarme por tu pelo.
Quiero aprisionar a tu silueta, con el carbón ardiente de mis ojos,
como un pincel sobre la dulce tela para esculpir tu figura de guerrera.
Quisiera que mis labios se encendieran con el fuego sublime de tú boca
para estallar en un inmenso beso que cincelara la dureza de tu pecho.

Necesito sentir el aire tibio del aliento que escapa cual suspiro de tus labios
para acallar toda la angustia que me oprime e iluminarme con tu luz sublime.
Quiero abrazar tu talle de princesa al compás de tu vaivén de diosa
buscando por entre el centro de tu cuerpo el dulce-amargo de tu licor divino
Déjame acercarme por tu nuca, y estremecer tus oídos con mis besos
Para escalar la cuesta de tus pechos y reposar entre sus pezones majestuosos.

Quiero sentir como tu pulso se acelera, como tu cara se sonroja y como el ritmo de tu cuerpo se incrementa, anunciándome que la erupción de tu cuerpo ya se acerca
Con tus manos te aferras a mi espalda y tatúas con tus uñas tus deseos
Mientras mis labios se prenden de tus pechos, y mis piernas aprisionan a tus ansias
Mi boca deja tu boca y se desliza sediento hasta tus labios
Imitando a un tierno colibrí que liba todo el néctar de tu boca.
Ahora mi boca y labios buscan probar la dulzura de ellos, besándolos, deslizando la lengua al contorno de sus pezones, atrapándolos con mis labios y chupándolos como el colibrí absorbe el néctar de su flor, mientras mi s manos, trazan sus líneas al contorno de tu piernas buscando la redondez de tus suaves glúteos, que guardan tu puerta trasera.
Mis manos se dirigen a tu entre pierna, en busca de tu deseado túnel de amor, mientras mi labios están en tu vientre., mis manos separan tu piernas, dejando expuesta al belleza de tu entrada al túnel de amor, sin pensarlo, mi boca busca probar le néctar que segrega tu gruta, ese néctar calido, dulce, surge ese capullo de afrodita, como un dulce apetecido por un chiquillo, que sólo piensa en comerlo lamerlo y chuparlo.
Tu cuerpo empieza a temblar y sin duda alguna, pide fundirse con mi cuerpo. Tu gruta de amor, abre sus labios para recibir a mi miembro, semejante al mástil mayor del velero que navega por el océano de amor.
Siento como la punta de mi sexo se abre camino entre los labios de tu túnel, entre las paredes ardientes de tu gruta, y como lo arropa tu interior y lo atrapa, como la flor que atrapa su insecto para devorarlo entero.
En un moviendo circular y de vaivén, mi mástil recorre el interior de tu gruta, se moja en el liquido calido de tu néctar, mientras tu cuerpo se retuerce en movimientos de placer, y cada segundo el interior de tu gruta desea devorar mas de mi mástil, y siento como su interior se contrae, para no dejarle escapar.
Mi mástil esta a punto de estallar, pero sabe que aun le falta explorar otra gruta, esa gruta prohibida, estrecha, pero aun así calida y deseada por muchos. Tu puerta trasera
Mi mástil sale de tu gruta y va en busca de explorar esa pequeña gruta prohibida, tu me dices que tenga cuidado, porque es frágil. Mis manos separar las hermosas y suaves montañas que le guardan celosamente, uno de los dedos palpa, la entrada rosada de tu gruta y siente la estrechez, trata de entrar, se dificulta un poco, pero logra abrirse paso.
Luego mi lengua humedece su contorno, tratando de abrirse paso en su interior, ahora siento el palpitar de mi corazón en mi mástil, como queriendo decir, que es hora de que el abra paso a través de su estrecha entrada.
Mis manos te toman de tus caderas y levantan tus montañas carnosas y las separan para dejar libre la abertura de tu gruta prohibida., dirijo la cabeza de mi mástil a su entrada. Se resiste abrirse, por instinto, por ser su primera vez. Derramo sobre su base un poco de aceite, para facilitar su recorrido, empujo, suave y firmemente, tu gimes. se siente la estreches de tu gruta, te duele un poco, lo se por tu quejido, pero dices que siga.
Mi mástil trata de acostumbrarse a esa sensación de estreches. Siento como el palpitar de los corazones se unen en el punto de tu estrecha entrada. Empujo un poco más y mi mástil se hunde un poco más, comenzando a explorar la nueva profundidad, nunca antes explorada. Me dejo llevar por el calor y el deseo y empujo mas fuerte, te arqueas, dices, que mas suave, pero sigo con mi movimiento. Hasta el fondo, gimes, un sudor recorre tu cuerpo. Me detengo. Es una nueva sensación, muy exquisita. Comienzo el vaivén, entro y salgo de tu estrecha gruta. Hasta que tu cuerpo y mi cuerpo se convierten en uno.
Ya no aguanto más la presión y mi mástil explota en tu interior, derramando en cada pared de tu gruta su ardiente liquido. Mientras tú, te arqueas y gritas y gimes de locura.

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